En los últimos años, la leche de almendras ha ganado protagonismo como una opción vegana para reemplazar a la leche de vaca, y su consumo se ha extendido a todas aquellas personas que, aún no siendo veganas, evitan beber leche de vaca porque les genera algún trastorno de salud.
Una taza de leche de almendras, si no tiene azúcar añadida, aporta aproximadamente 30 a 40 calorías. La mayor parte de estas calorías son de grasa, de los aceites naturales saludables propios de la almendra; además, es baja en proteínas, y si bien es cierto que las almendras concentran calcio, la leche de almendras aporta una pequeña cantidad que se absorbe en menor proporción.
Nutricionalmente son muy distintas la leche de almendra y la leche de vaca. La grasa de la leche de vaca básicamente es grasa saturada y colesterol. La proteína de la leche de vaca es de alta calidad y concentración, mientras que la leche de almendras tiene un contenido relativamente bajo de proteína, por lo que no se considera como un alimento fuente. Otra diferencia es el calcio. Los lácteos en general tienen mayor concentración y por eso se considera como fuente de calcio, mientras que la leche de almendras es baja en este nutriente.
Entre los principales beneficios comparativos de la leche de almendras podemos mencionar el hecho de que no aporta colesterol, y aporta buenos minerales como magnesio y potasio. Por otro lado, no contiene lactosa ni gluten o caseína, proteínas muy asociadas con respuestas alérgicas e inflamaciones en algunas personas. El gluten, presente en algunos cereales como el trigo, puede causar también reacciones alérgicas, o consecuencias más graves para personas que presenten intolerancia a esa proteína.
Aparte de las diferencias nutricionales, otros temas a considerar son los relacionados al medio ambiente y al bienestar de los animales. El proceso de obtención de la leche de vaca, cuando este proceso se realiza de manera industrializada, puede ser traumático para los animales, además de que comúnmente está acompañado de administración de hormonas y químicos en los alimentos de estos, como medidas para incrementar la productividad.
Por otro lado, la crianza y alimentación de las vacas lecheras es en general un proceso que consume muchos recursos naturales, especialmente agua y energía, a diferencia del cultivo de almendras.
En conclusión, si bien son nutricionalmente diferentes, podemos asegurar que la leche de almendras es una bebida nutritiva y saludable que puede ayudar a controlar el peso, promueve la salud cardiovascular, y por tanto es una opción muy recomendable para veganos, pacientes diabéticos, deportistas y para todo aquel que desea variar su alimentación con opciones vegetales, que además son amigables con el medio ambiente y la ecología.